La Tradición del Rabo de Toro
El rabo de toro es un manjar que se ha convertido en un símbolo de la gastronomía cordobesa. Su origen se remonta a las antiguas tabernas y mesones de la ciudad, donde los toreros y aficionados se reunían para compartir historias y sabores. El rabo de toro, cocinado lentamente hasta que se deshace en la boca, representa la pasión y la autenticidad de Córdoba.
El Encuentro con el Arroz
En La Taberna del Río, este plato emblemático se fusiona con el arroz en un risotto que celebra la tierra y la tradición. Aquí, cada cucharada es un viaje sensorial:
- La Carne Melosa: El rabo de toro se deshace en hilos de sabor, impregnando el arroz con su riqueza. Cada bocado es un homenaje a las corridas de toros en la Mezquita-Catedral, donde la pasión fluye como el vino de Montilla-Moriles.
- La Mantequilla Casera: La mantequilla, elaborada con esmero, aporta suavidad y un toque de indulgencia. Es como el rocío de la mañana en los patios cordobeses, donde las flores y las fuentes danzan al compás de las guitarras.
- El Parmesano: El queso parmesano rallado se funde en el risotto, creando una sinfonía de sabores. Es como el eco de las leyendas de Al-Ándalus que resuenan en las calles estrechas del barrio judío.
El Puente entre Tradición y Modernidad
Este risotto es un puente entre la tradición y la creatividad. Es un abrazo entre los muros de la Alcazaba y las luces de la Feria de Córdoba. Cada cucharada nos conecta con los siglos de historia y la pasión que fluye por las venas de esta ciudad.
Así que, cuando pruebes este risotto, cierra los ojos y déjate llevar. Siente el calor del sol sobre las piedras de la Mezquita y el aroma de las flores de azahar en los patios. Porque en cada grano de arroz, en cada trozo de rabo de toro, está la esencia de Córdoba.