El flamenquín cordobés es un plato emblemático de la gastronomía de Córdoba, y su sabor y tradición lo convierten en una delicia que vale la pena explorar. Permíteme sumergirte en los detalles de este manjar:
El Flamenquín Cordobés: Tradición y Sabor
- Origen:
- Aunque se debate sobre su procedencia exacta, se cree que el flamenquín tiene sus raíces en la región del Alto Guadalquivir.
- En Córdoba capital, en los años 50 del siglo pasado, un bar llamado Florida en la Calle Concepción ofrecía pequeños flamenquines hechos con filetes de ternera rellenos de jamón serrano y tocino. Estos antepasados de los flamenquines actuales contribuyeron a su fama.
- Ingredientes:
- El flamenquín cordobés se prepara con filetes de carne (ternera o cerdo) muy finos.
- Se rellenan con lonchas de jamón serrano, y a veces también con queso Cheddar.
- El rebozado se hace con harina, huevo batido y pan rallado.
- El Arte del Enrollado:
- Extendemos los filetes de carne y los recortamos en forma rectangular.
- Cubrimos los filetes con lonchas de jamón serrano (o jamón ibérico).
- Si deseamos, añadimos lonchas de queso Cheddar.
- Enrollamos los filetes para que el relleno quede dentro y formamos cilindros compactos.
- Empanado y Fritura:
- Pasamos los flamenquines por harina, huevo batido y pan rallado.
- Freímos en abundante aceite de oliva virgen extra hasta que estén dorados y crujientes por fuera.
- Al cortarlos en rodajas, revelan su interior jugoso y sabroso.
- Acompañamiento:
- Para disfrutar al máximo del flamenquín cordobés, acompáñalo con un vasito de salmorejo cordobés, otra delicia local.
- También puedes completar la experiencia con un guiso de rabo de toro.
En resumen, el flamenquín cordobés es un homenaje a la tradición culinaria de Córdoba, donde la combinación de carne tierna, jamón y un rebozado crujiente crea una experiencia inolvidable. ¡Buen provecho!